(crítica) Clase magistral al aire libre. Paco de Lucía

María L. Bayo.

Después de Tomatito, el segundo plato fuerte del Festival –en cuanto a guitarristas se refiere– era Paco de Lucía, el único artista que, por el momento, ha colgado el cartel de localidades agotadas. Ello constituye todo un logro, vista la desganada respuesta del público cordobés a lo largo de las últimas cinco jornadas.

Pero anoche se rompieron varios esquemas. La expectación creada por el maestro algecireño, que prometía colmar al público de sus Cositas buenas, pululaba entre los más maduros (que recordaban su última cita en la ciudad, once años atrás), pero también entre los más jóvenes, que ya lo han conocido sobre el altar del mito y con la advertencia realizada en los últimos años por el propio guitarrista de que está cansado de giras. Paco de Lucía amenaza con despedirse de los escenarios, aunque no de la música.

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