(crítica) Toíto por hacer. SERGIO BALSEYRO

La idea de un festival de flamenco en un lugar como El Campello es excelente. Pero si se buscan escenarios para menos de cinco mil personas es necesario conservar unos mínimos que esta iniciativa municipal no ha cuidado y que han provocado la primera en la frente. Si los técnicos municipales han trabajado durante un año en la preparación de Toíto el flamenco, es inconcebible que el recinto elegido sea un pasillo casi enlatado en el que al fondo la visibilidad es nula y el sonido casi también.

La continuidad del festival pasa por cambiar su ubicación, porque ya en la primera actuación de Canales algunos pidieron la devolución de sus entradas, entre otras cosas, porque a Canales había que verlo más que oirlo. Algunos decidieron colocarse en los pasillos laterales para ver algo y otros, como siempre, ovacionaron a los cinco minutos. Es el público agradecido tan característico de Alicante.

Pantallas con árbol

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