domingo, febrero 20, 2005

(crítica) Carmen Linares: hondura flamenca y altura instrumental

J.R.


Chiclana. Motivo más que pretexto de este concierto, Paquiro siempre de fondo, también plásticamente. Casi siempre, porque, según el orden previsto, saltó a primer plano en la cuarta pieza interpretada: En el Café de Chinitas, canción que cerraron los músicos de Carmen Linares con un bellísimo remate y que instrumentalmente enlazaron con el zorongo gitano, única pieza que se añadió a la programación indicada y que la cantaora había ya recogido en su trabajo discográfico Canciones populares antiguas.

Carmen Linares –indagadora en las raíces y los horizontes del flamenco, conocedora honda de su realidad y sus posibilidades– lució su voz inconfundible en desusada compañía de violín y violonchelo, aparte otros instrumentos, lección de fusión seria contra confusiones fáciles, sincretismo musical de lo conocido, lo asimilado, lo recreado con dominio.

(leer +) [vía diario de cádiz]