sábado, septiembre 17, 2005

(crítica) Musical flamenco

OPINIÓN/Musical flamenco
ENRIQUE PORTOCARRERO/

No está nada mal que en medio de tanta fiebre escénica por los musicales importados o por los musicales antológicos de canción, grupo o artista póstumo, a alguien se le haya ocurrido la brillante idea de un musical flamenco. Tan flamenco como un 'revival' teatral de aquellos 'Tarantos' de Rovira Beleta, con los que pasó a la historia del cine patrio tanto la esencia bailable de Antonio Gades, como la pasión racial de Carmen Amaya. Fue en su estreno cinematográfico una historia de Romeo y Julieta en versión calé, donde Verona pasó a ser el extrarradio de Barcelona, mientras que los Capuletos y los Montescos se convirtieron en Tarantos y Zorongos.

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