(crítica) Antonio Reyes, por los caminos de Caracol

flamenco por onofre lópez

Antonio reyes.

ES de suponer que el cantaor flamenco, configurado como hoy lo conocemos, fue desde un principio conciencia sonora de su pueblo. Por eso tenemos que admitir que el cante flamenco se estructura sobre la base de un folklore regional, vario y brillante y podemos creer que al poner ese folklore junto a su capacidad mimética, su personalidad propia y su magia racial, puso también el eco, la lírica de su raza gitana, es decir su oración más íntima.

El joven artista chiclanero Antonio Reyes es de los que siguen los pasos de esa conciencia sonora y no da concesión a lo que interpreta, basando su propuesta expresiva en la realidad de un arte, tal y como lo fue mamando en el entorno íntimo de su raza. Por eso la amplia escuela del mítico Caracol y los principios sonoros de Camarón de la Isla es la determinante para configurar su propio estilo, que no es otro que seguir la huella que aquellos que basaron sus expresiones en cantar para comunicar, para doler en la sensibilidad de todos los que se acercan a la verdad de este arte.

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