(crítica) Mejor cuanto más cerca
J. V.
La Sala Endanza se reveló en el inicio de su ciclo Miércoles a compás como el escenario ideal de un tipo de espectáculo flamenco de cámara en que el espectador puede disfrutar de la danza, la guitarra y el cante flamenco a pocos metros de su nariz, pero al mismo tiempo gozar de un sonido, un espacio escénico (incluyendo la tarima para el baile) y una iluminación profesionales. De esta manera la Sala Endanza viene a cubrir el hueco escénico que existía entre las peñas y tablaos por un lado y los teatros por otro.
A ello se junta una revelación artística. El joven bailaor malagueño Antonio Arrebola se destapó como un gran dominador del compás y de la técnica flamenca:
(leer +) [vía diario de sevilla]
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