jueves, febrero 23, 2006

(crítica) Cante grande

Gema Jiménez, acompañada a la guitarra por Eduardo Rebollar, abrió anoche con una excelente actuación la XVI Semana Flamenca de la Mujer Cantaora de Caja de Ávila

DAVID CASILLAS

De rosa y negro salió Gema Jiménez a las tablas del Auditorio de Caja de Ávila para inaugurar anoche la XVI Semana Flamenca de la Mujer Cantaora, un programa organizado por la entidad de ahorro abulense que se dilatará hasta el próximo domingo, con cuatro actuaciones más, y que se abría dejando el listón muy alto, con una cantaora joven pero ya muy grande que lleva un par de años escribiendo magníficas páginas en el mundo del flamenco.

Se arrancó Gema Jiménez por guajiras para abrir el concierto, y desde el instante en que comenzó a cantar, el público, que en Ávila entiende mucho de flamenco, supo que tenía delante a una cantaora realmente grande, de una voz clara y poderosa que sabe modular con maestría para elevarla, reducirla o aquietarla, según sea menester. Lo que se ahorró en gesticulaciones, que realmente fueron pocas, lo gastó, generosamente, en dominar con mucho arte y mucho dominio de los palos del flamenco un torrente inmenso de voz que sonaba clara y enérgica y que alcanzaba lejos y honda.

Llegaba Gema Jiménez a Ávila precedida por la excelente fama de haber sido la ganadora de dos premios tan grandes como Lo Ferro (2004) y la Lámpara Minera (2005), y a fe que no defraudó las expectativas que había levantado.

(leer +) [vía diario de ávila]