(noticia) La intemporal estampa idílica del baile de Milagros Mengíbar
FRANCISCO MARTÍNEZ
Lo dijo en numerosas ocasiones Manolo Caracol: "El cante no es para sordos", sentencia que se confirma en el cantaor chiclanero Rancapino. Fue el artista gaditano el encargado de abrir, el pasado sábado, la primera de las galas flamencas dedicadas a premiados en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Y la erosionada voz de Rancapino se hizo escuchar para el disfrute de los aficionados y la sorpresa de un público ocasional, que pudo apreciar cómo, sin aspavientos sonoros, el cantaor desgranó un serio repertorio de estilos manteniendo una intensidad expresiva encauzada en el hilo de una voz arañada, pero matizada en tonalidades que pudieran parecer imposibles. El guitarrista Manuel Silveria supo amoldarse al peculiar cante de Rancapino, para sacar todo el jugo armónico posible a estilos como las soleares, alegrías, malagueñas o bulerías. El cantaor gaditano aromatizó de quejíos flamencos los jardines del Alcázar, sintetizando un sentir cantaor que se hecha en falta.
(leer +) [vía el día de córdoba]
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