sábado, septiembre 02, 2006

(crítica) La 'soledad' de Cortés llena de genialidad el León Arena


Joaquín Cortés al comienzo del espectáculo «Mi soledad»

El artista cordobés demostró ayer que es posible escapar con brillantez al purismo, con un espectáculo en el que la fusión toma las riendas y en el que una vez más evidencia que es el mejor

No defraudó. Joaquín Cortés estuvo ayer brillante y llenó el escenario del León Arena con Mi soledad , el espectáculo que estrenó en París y que ayer acercó a León.

Con vestuario ad hoc diseñado por Jean Paul Gautier, el bailarín, que ya ha triunfado en todo el mundo con esta coreografía, se enfrenta al escenario sin artificios, sólo, con su bajage artístico como único compañero. Resulta fácil comprender porqué Joaquín Cortés es uno de los pocos españoles que levanta pasiones en lugares del mundo tan poco conocedores del flamenco como Australia, por poner un ejemplo. El artista se olvida del escenario en el que actúa y es artista siempre, en París o en Sidney, en León igual que en Nueva York. Es un ídolo que necesita sentir al público en todo momento. Por eso, al final del espectáculo pide que se encienda la cegadora con el fin de que el público se convierta en parte del espectáculo. Mi soledad es un espectáculo inspirado, en el que se demuestra que la fusión del flamenco es un hecho, y en el que Joaquín Cortés deja claro que lo suyo es arte con mayúsculas. Ayer, desde luego, demostró que es el mejor.

(leer +) [vía diario de león]

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