(noticia) Bulería boricua en Viena

Por Wanda Mártir / Especial para El Nuevo Día

* Su pasión por el baile flamenco, el duende que lleva por dentro, la ha llevado a la patria de Mozart y, allí, con sus castañuelas, su abanico y su bata de cola, está demostrando que su arte es universal.

El tiempo se come al tiempo, lo malo y lo bueno alternan, vivamos todos los días y lo que viniere venga” (Cante flamenco)

Nuestras vidas se definen en cifras. Los números nos indican cuán viejos somos, cuánto poseemos y con ellos hasta demostramos la calidad de nuestra existencia.

12-1-2-3-4-5-6-7-8-9-10-11 son las cifras que le han marcado el camino a Giovanna Domínguez. Las doce cifras marcan los pasos, la vocación y la pasión de esta bailarina boricua radicada en Suiza, el compás de doce tiempos del flamenco.

No todos los días encontramos una mezcla tan vital y original como la que han formado esta joven santurcina y el flamenco español. El embrujo, que comenzó con los bailes, los cantes y paisajes que mostraban las películas españolas de Joselito o Marisol, se estampó en el alma de Giovanna llevando el taconeo de su baile por Madrid, Viena y Zurich.

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