El cantaor gaditano Chano Lobato se muestra «orgulloso y agradecido» tras inaugurar el programa de La Merced

TEXTO: MARÍA ALMAGRO / FOTO: LA VOZ / CÁDIZ
«Me emborraché de arte y de cariño»

ENERGÍA. Chano Lobato regresa a los escenarios con gran ilusión.

Agradecido de verdad». En su casa familiar de Heliópolis en Sevilla, Chano Lobato no cabía ayer en sí de «emoción y orgullo». Su actuación del sábado, que reventó en arte y compás el nuevo centro flamenco municipal de La Merced, no era para menos. «Me emocioné porque la última vez que estuve allí me puse muy malito, pero muy malito...», recordaba un todavía conmovido Chano que a finales del pasado año sufría un coma hipoglucémico y tenía que ser ingresado de urgencia en el Puerta del Mar.

Entonces, el profeta de Santa María se quedaba con las ganas de lucir su peculiar y siempre entonada voz ante la Reina, en la visita que hizo a Cádiz a finales de octubre. Pero, la noche del sábado, Chano se desquitó. «Me emborraché de arte y me emocioné nada más salir cuando vi a todo el público aplaudiéndome». «Cosas de viejo», dice el artista, con una nada fingida humildad propia de los grandes.

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