domingo, agosto 29, 2004

(crítica) El cante de La Macanita pone fin al décimo ciclo de las Veladas del Torreón

Arte jerezano

Texto de/Alfonso Arribas. Fotografía de Rosa Blanco.

La Macanita, durante su actuación en el Torreón de Lozoya.

LA Obra Social y Cultural de Caja Segovia eligió la actuación de La Macanita para cerrar la décima edición del exitoso ciclo Veladas Musicales en el Torreón con tanta fuerza como fuera posible, invitando a la que dicen es sucesora natural de la gran Paquera de Jerez y representante indiscutible del cante de esa tierra.

Tras las caricias musicales de las tres sesiones anteriores, tranquilos ritmos de jazz, canción francesa y composiciones de autor, el broche se alejó del remanso y regaló un torbellino de sentimientos en el más puro estilo flamenco.

Tomasa Guerrero Carrasco, hija del Macano, prometió entregarse en cuerpo y alma y lo hizo ante un público que, una vez más, llenaba el Patio de Árboles del Torreón de Lozoya. Y ambos elementos, cuerpo y alma, son en La Macanita tan voluptuosos que no dejan posibilidad de apatía o frialdad.

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