lunes, septiembre 13, 2004

(enlace) Plato de guarnición


Una de las escenas del espectáculo de danza / PEÑALOSA

(13/09/2004)
La cocina moderna, esa que se hace llamar de diseño, ha perdido los sabores auténticos para mostrar esencias y sugerencias que dicen ser la deconstrucción del plato en sí. Este tipo de cocina parece que se dirige más a los sentidos que al estómago y, claro, el comensal saca la conclusión que se ha quedado sin comer. Por el contrario, un plato de degustación es ese que hay poquita cantidad pero en él se encuentran todos los sabores, esencias y presencias del alimento aunque en mínimas proporciones. También se queda uno con hambre, aunque a base de degustar uno y otro plato diferente por fin se tiene la sensación de estar satisfecho. Con el espectáculo La Celestina, según la versión flamenca de Carmen Cortés, sucede algo parecido a un tipo de cocina tradicional en la que el cocinero se ha olvidado de poner el huevo frito y ha llenado el plato de patatas fritas, de guarnición. En esta propuesta parece ser que se ha pretendido fusionar el flamenco con la danza contemporánea. La idea, en principio, perece magnífica, ahí está el arte, la creación, lo que define una obra única, el verdadero sentido de cultura, su aportación excepcional.

(leer +) [vía el adelantado de segovia]