(crítica) Cuatro arcos y un cantaor
Liceo de Cámara «Cuarteto núm. 2» (estreno absoluto), de Mauricio Sotelo. Cuartetos de Mozart y Arriaga. Cuarteto Artemis. Arcángel, cantaor. Auditorio Nacional. Madrid.
Álvaro GUIBERT
Pieza cobrada. Objetivo conseguido. Con su «Segundo cuarteto», tras decenio y medio de persecución, Mauricio Sotelo (Madrid, 1961) ha logrado atrapar el cante flamenco en la red del lenguaje clásico, esa malla de pentagramas y plicas. La búsqueda era apasionante, porque el flamenco atrae violentamente y muestra, casi con impudicia, la almendra de la emoción musical, pero es también muy difícil, porque el cante es pura oralidad y la escritura instrumental es sobre todo eso, escritura. Juntar ambos mundos sin que se esterilicen mutuamente me parece una proeza técnica y creativa. Antes, Sotelo había intentado lo mismo con resultados desiguales en docenas de partituras de todos los géneros y con colaboradores de excepción, como Enrique Morente. En algunas de sus últimas composiciones percibí cierto agotamiento. El cruce flamenco me pareció improductivo en el «Primer cuarteto» y en «Si después de morir», que estrenó la Orquesta de RTVE con el cantaor Arcángel. Pero Sotelo es tenaz, ha perseverado y ha acabado dando en el clavo.
(leer +) [vía la razón digital]
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