domingo, diciembre 26, 2004

(artículo) taller de percusión, el Taller de Los Activos


Joaquín Martín, «Quini», junto a un grupo de los chavales del Taller de Percusión del Torrejón, en Huelva. MERRITT

Uno de esos ejemplos lo encontramos en Huelva. En 1986, Joaquín Martín llegó como asistente social a El Torrejón, una «barriada de exclusión» de la capital andaluza. Su misión era la prevención de «conductas desajustadas» en una población infantil y juvenil embutida en droga y delincuencia. «Vimos que entre los chavales del barrio había un gusto natural por el compás flamenco, y decidimos crear un taller de percusión, el Taller de Los Activos; era una salida natural para ellos, que nos permitía trabajar por un lado con su creatividad y al tiempo utilizar su imaginación. Logramos que un colegio nos cediera un aula y así se consolidó el proyecto».

No costó, cuenta Joaquín Martín, a quien todos conocen como «El Quini», que los chicos se tomaran en serio el taller. «Para ellos mismos era una forma de salir de la calle, que aquí no hace sino pegar «bocaos». Era algo nuevo y acudían en masa. Nos llegó a desbordar la demanda, y nosotros les poníamos unas contraprestaciones y unas normas: había que respetar los horarios, los materiales, había que cuidar el aseo... y es imprescindible acudir todos los días al colegio, y no sólo para hacer bulto, sino para aprovechar lo que allí se enseña».

(leer +) [vía diario abc.es]