domingo, febrero 06, 2005

(crítica) Un Chano sombrío

juan carlos vázquez

en concierto. Chano Domínguez, en una fotografía de archivo.
JUAN VERGILLOS

Tal vez se tratase de una vuelta más o menos consciente a los orígenes. A ese disco fundacional, que obviamente cuenta con precedentes, llamado Sketches of Spain. Incluso pudimos disfrutar de una saeta, que era uno de los números destacados del álbum de Davis. Pero no estamos seguros de que a Chano Domínguez le vengan bien estos aires cool. La presencia de Bonell además acerca la nueva propuesta de Domínguez a la música progresiva de sus inicios.

Nos encontramos ante un Domínguez de melodía meticulosa y vibrante, pero más sombrío, más oscuro que en otras ocasiones. Sin duda, la presencia de la trompeta de Urcola potenciaba esta sombra milesdavisiana. Así mismo la manipulación de sonidos grabados o interpretados en directo, que llevó a cabo Fortuny, contribuyeron a este efecto de pasar la música de Chano Domínguez por la sombra contemporánea. Y no es que el gaditano no se haya asomado antes a zonas filosas, pero siempre lo había hecho desde el intimismo y la sobriedad.

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