miércoles, mayo 11, 2005

(noticia) Sara Baras hace llorar de emoción a las japonesas

La bailaora abre el Festival de Flamenco de Tokio ante un público formado, en su mayoría, por mujeres


La bailaora española, durante su vibrante actuación en la capital japonesa


Tokio- España comenzó a saldar su deuda externa más largamente aplazada: un festival flamenco como Dios manda, redondo y versátil, con las máximas figuras del baile, la guitarra y el cante presentes en Tokio. Pura exquisitez para corresponder a un país que mima y ama el flamenco como ningún otro. No de otra forma se podía –y debía– corresponder aquí donde ya existen 170 academias de baile flamenco y, 17 de ellas, de cante. Evidentemente, muchas más que en España, donde las de cante –que sigue amamantándose en la cuna– ni existen. Un deber moral. Y que ayer, con una torrencial y simplemente maravillosa Sara Baras, comenzó a corresponder: «arigato», muchas gracias.Vendrán o no otras bailaoras, pero, a día de hoy, Sara Baras encarna la frescura, el pellizco, la genialidad del baile flamenco, asentado en una dócil mediocridad de la que escapan con Baras por bandera, otras presencias con la personalidad de, sin ir más lejos, Eva la Yerbabuena, que hoy inaugura el segundo capítulo de lo que, por fin, comienza a ser una historia de amor correspondida.

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