domingo, noviembre 13, 2005

(crítica) La Bienal llega a su fin con la mirada puesta en el futuro

málaga en flamenco

victoriano moreno

en firme. Un momento del espectáculo de El Carrete y La Cañeta, ayer, en el Auditorio de Torremolinos.

PABLO BUJALANCE

málaga. En pocas ocasiones puede hablarse de un punto de inflexión. Pero la primera edición de Málaga en Flamenco, clausurada ayer en Torremolinos con el espectáculo Dos generaciones, ha supuesto un antes y un después en la promoción de la música popular andaluza en clave malagueña. La programación más amplia en la historia de este rincón mediterráneo y una respuesta masiva por parte del público han demostrado que el género, lejos de fenecer, se encuentra vivo en una provincia que ha redescubierto uno de sus más ávidos motores culturales y económicos.

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