miércoles, diciembre 21, 2005

(critica) Fragmentos de una ficción verdadera

manuel gómez.

ensayo. Amador y Maya, probando pasos.
JUAN VERGILLOS

Este espectáculo no empezó anoche a las nueve. Ni acabó a las diez y pico. No acabará porque, más allá de las sucesivas representaciones que tenga, quedará en la memoria de los que lo hemos visto. Y en otras memorias. No empezó porque más allá del primer ensayo, del encuentro entre los dos protagonistas, está la memoria individual y colectiva (ambos se insertan en una larga tradición) de los mismos. Esa ficción verdadera es la que se nos ofreció anoche: cómo los intérpretes se encuentran y cómo las coreografías van creciendo sobre las músicas improvisadas. Una ficción verdadera no por repetida menos verdadera. Un pretexto argumental y una puesta en escena que "no molestaron", que es lo mejor que de ellos se puede decir.

Una verdad que subyace a una música, la de Diego Amador. Pinceladas impresionistas, porque Amador utiliza un registro muy corto de su instrumento, y su música es cobriza y reconcentrada. Impresionante en la seguiriya, que no es un palo flamenco en sus manos sino un fresco de un alma atormentada, con la expresión al límite. Y circense en las bulerías del bis, golpeando las cuerdas con unos macillos, a medio camino de una espiritualidad oriental y el bop de Monk.

(leer +) [vía diario de sevilla]