(crítica) El Lebrijano y Faiçal encandilan con su música de sabores árabes y andaluces

ANA B. HERNÁNDEZ/LOGROÑO

DUENDE. Faiçal y El Lebrijano, en plena actuación. / RAFAEL LAFUENTE

Cortinas fuera, guitarra y aplauso. Así de sencillo comenzó el concierto que ayer ofreció el cantaor sevillano Juan Peña 'El Lebrijano' junto al violinista marroquí Faiçal Kourrich. Se oyeron los primeros olés, se sentó y su voz se hizo con el auditorio Riojaforum.

«Truena», cantaba el gitano rubio y encandilaba al público que tenía las palmas a punto para aplaudir la natural fusión del flamenco y la música del Magreb.

El concierto de ayer fue la consumación del amor entre dos músicos que se encontraron hace 15 años y que vieron claro que sus estilos cuadraban. Los temas que fueron desgranando eran una deliciosa mezcla de sabores árabes y andaluces y recordaron los mejores tiempos de convivencia entre las dos culturas.

El violín convertía sus sonidos dulces en quejíos flamencos y encandilaba al maestro y, de paso, al respetable.

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