La Fundación Quiñones presenta a Rancapino como asesor flamenco

El cantaor chiclanero asegura que sus esfuerzos se volcarán en «la búsqueda de nuevos valores» y en intentar que «el cante no se desvirtúe»
ANA SORIA/CÁDIZ

La Fundación Quiñones presenta a Rancapino como asesor flamenco
SATISFECHO. Rancapino, ayer en el Palacio Provincial. / O. CHAMORRO


«Que se hayan acordado de mí es una gran satisfacción porque llevo en esto prácticamente desde que nací. Con 12 años ya estaba cantando por todos los rincones de la Bahía», comenta el cantaor chiclanero Rancapino después de que fuera ayer presentado como flamante asesor en temas de flamenco de la Fundación Fernando Quiñones. Una entidad con especial significado para él al ocuparse del legado de un hombre que, en palabras de Rancapino, «era una gran persona, un genial escritor y un buen aficionado al flamenco». De su coterráneo recuerda como «también se hacía sus cantecitos» y rememora con nostalgia «noches en la Venta Vargas en las que se arrancaba por alegrías y tientos». «Quiñones lo conocía todo del flamenco puro. Era encantador; le queríamos mucho y él a nosotros», comenta.

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