lunes, agosto 30, 2004

(crítica) La Cata de Montilla exalta el arte de la mujer en el flamenco

* Cantaoras y bailaoras recogen los aplausos de un público entusiasta
* Luis Pérez presenta el acto, organizado por la peña El Lucero

INMA GOMEZ ORTIZ 30/08/2004


Las cantaoras, como Laura Vital, demostraron en Montilla la fuerza de su talento artístico.
Foto:CLACK


Los aficionados no se levantaron en toda la madrugada.
Foto:CLACK

La XXXI Cata Flamenca de Montilla se ha convertido en una exaltación de la mujer en el mundo del flamenco y ha rendido un homenaje de admiración a su aportación artística al cante grande. Un cartel exclusivamente formado por cantaoras hizo vibrar a un público entusiasta que permaneció en sus asientos durante toda la madrugada del sábado al domingo.

La Cata, que tiene su sello particular, es según la frase acuñada por el escritor montillano José Cobos, "el abrazo fraterno del vino generoso y el cante grande". Como es habitual, la organización hizo entrega a cada uno de los asistentes de una botella de vino fino y su correspondiente catavino para brindar por Montilla y por el arte flamenco.

El marco propio en el que se desarrollo este festival, uno de los más prestigiosos de toda España, fue el patio exterior de Bodegas Navarro.

LINARES POR SEGUIRILLAS La cantaora Carmen Linares puso el broche de oro con una actuación en la que se entregó por completo al público, de manera especial con la interpretación de unas seguirillas que levantaron a la afición de sus asientos. Linares interpretó, además, cantiñas, malagueñas y fandangos de Lucena, para terminar con rondeñas.

(leer +) [vía diario córdoba]