(entrevista) El Cigala. «De chiquitito, veía una guitarra y dejaba de jugar al balón»

El cantaor se refiere a Bebo Valdés como a «un alma noble y generosa.

El exitoso disco Lágrimas negras, en el que se funde el flamenco de Diego El Cigala y el sonido cubano del músico y pianista Bebo Valdés, fue considerado en el 2003 el mejor álbum del mundo por el New York Times. El ensamblaje ha sido tan eficaz artísticamente que la pareja prepara un segundo volumen con el mismo título. Pero deberán esperar a que pase el furor de esta primera parte, reclamada en escenarios de medio mundo. El Cigala cree el éxito se debe a que es un disco «con mucha verdad».
MERCEDES RODRÍGUEZ/MADRID

- ¿Qué ha tenido de especial su unión con Bebo Valdés para que hayan tenido tanto éxito?

- Son dos músicas muy elevadas. Tuve que verlo y descubrir que la música cubana y el flamenco son primos hermanos. Son dos músicas de la tierra, del pueblo, sufridas, porque cada una tiene lo suyo. Lo que ha tenido Lágrimas negras de especial ha sido que no se habían cantando hasta ahora boleros flamencos.

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