miércoles, septiembre 22, 2004

(crítica) Embrujo flamenco

OVIEDO

CARMEN MATEO


«¡Ese caló guapo!», le grita una morena desde la primera fila al tiempo que da palmas contra la barrera antiavalancha del foso de la Catedral. A su lado, subido a hombros, un niño de etnia gitana se arranca por oles y bravos «pa el más grande». Sobre las tablas, pura esencia flamenca: Tomatito, el embrujo y el arte de la guitarra española aderezado por el cajón y las palmas de su grupo. Sonido compacto que el pasado lunes embrujó a la plaza de la Catedral.

José Fernández Torres abrió su recital con alegrías para deleite de los miles de incondicionales de un artista que algunos consideran heredero de Camarón.

(leer +) [vía la nueva españa]