(crítica) Más cantidad para menos calidad

Pese a las expectativas ante su 25 aniversario, la Bienal de Flamenco de Sevilla deja a su cierre un sabor agridulce que pone en evidencia un formato en crisis
TEXTO: A. G. R. / FOTO: EDUARDO ABAD. EFE / SEVILLA

HOMENAJE. La bailaora Rocío Molina despliega su temperamento en el espectáculo de clausura de la Bienal de Flamenco.

EN CIFRAS
Edición: Con su XIII edición, la Bienal de Flamenco de Sevilla celebra este año sus 'bodas de plata'.

Prespuesto: 781.000 euros.

Visitas: En total, 5.613 visitas, que han acudido a una media de seis espectáculos, según los datos de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte.

Balance económico: Ha supuesto una inyección de 8.3 millones de beneficios.
LA XIII edición de la Bienal de Flamenco ha bajado el telón. Lo hizo anoche, con el espectáculo de José Luis Ortiz '1904-2004. Lo que el tiempo da, lo que el tiempo quita, lo que el tiempo pone', montaje que homenajeaba a los flamencos fallecidos durante el último año. Fue a eso de las once, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Y desde esa misma hora se podían establecer las conclusiones definitivas sobre el certamen. Ante todo, tanto por resultados artísticos como por cuestiones organizativas, ésta ha sido una de las peores bienales de la historia. Y eso que supuestamente el 25 aniversario la debía elevar a los altares. En segundo lugar, cabe destacar que el formato está en crisis. La capital hispalense no soporta 40 días de flamenco si la programación se presenta con sólo dos meses de antelación y, además, aparece saturada de espectáculos.

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