lunes, octubre 25, 2004

(noticia) Obtuario / Pedro Cevallos

Entre la pasión flamenca y el comunismo militante

Alfredo Grimaldos
El Mundo

«¿Quién es aquella cantaora, que yo no la conozco?», preguntaba más de un flamenco al ver el retrato de Dolores Ibárruri tras el escenario de la Peña Duende. Y el presidente, Pedro Ceballos, le contestaba con mucha guasa: «Sí, hombre, es una foto inédita de Mercedes La Serneta». Efectivamente, la rotunda planta de Pasionaria se entremezcla en ese local con los desplantes de El Güito y las poses gitanísimas de El Gallina o Fernanda de Utrera. Todo en perfecta armonía: la peña se ubica en el recinto del madrileño Pozo del Tío Raimundo donde también tiene su sede la agrupación del PCE.

Por allí han pasado, en los últimos 15 años, muchas de las figuras más destacadas del cante, el toque y el baile de este tiempo.José Menese, Rancapino, Chano Lobato, Juan Habichuela, Vicente Soto o El Torta... Pedro consiguió el milagro de llevar hasta su barrio a lo más granado del panorama flamenco.


Pedro comenzó su militancia política cuando era sólo un adolescente y, años después, comenzó a vivir también con intensidad los duendes del flamenco. Nacido en Ciudad Real en 1954 y primogénito de una familia humilde con muchos hijos, le trajeron a Madrid con poco más de cinco años, al barrio de Quintana, una zona en la que se produjo una gran eclosión política antifranquista durante los 60 y los primeros 70. Trabajador casi infantil en una empresa de seguros, pronto se integró en CCOO. Tras la muerte del dictador se afincó en el Pozo, en una chabola, cuando el barrio peleaba por su remodelación.

(leer +) [vía rebelion.org]