(crítica) el muchacho y la pelirroja mono

Se palpaba que era viernes noche. Los aledaños del Palacio presagiaban el ambientazo que se disfrutaría con la tripleta formada por Muchachito Bombo Infierno, Rakel Winchester y Macaco.
ERNESTO PASCUAL/

Puntuales, el salao Muchachito y su Bombo Infierno salían acelerando y 'patchangueando' un flamenco descarado y colorido. Parecía como si supieran que hay dos vías para triunfar en Actual: o dar un conciertazo o llamar la atención. El combo catalán se marcó las dos. Era el grupo que tenía que romper en este Actual 05. Sentados, como si aún estuvieran calientes las sillas del salón de Amparanoia, contagiaron su ritmo frenético y se atrajeron a todo el público a su desparrame. Mientras Santos de Veracruz pintaba un mural urbano al ritmo de su música -al tercer tema prácticamente lo había terminado, claro-, el piano y la batería mínimos de Tito Carlos y Torbellino, el contrabajo del animado Chiquitín y la trompeta de Josu armaban una coctelera trepidante.

A estas alturas del mestizaje, estos ahijados de Manu Chao y Kiko Veneno no ofrecen nada nuevo, pero precisamente su frescura es su mejor virtud. Con guasa y una gracia innata, a la segunda Muchachito ya anunciaba su despedida y un bis con 'Me tienen frito'. Pero cómo se iban a ir si tenían a todo el personal revolucionado meneando las cinturas en una pista minutos antes vacía. Engancharon y se atrevieron a despedirse haciendo corear al Actual una pachanguera «Me dijiste cántame, cántame por el camino a la sombra de los pinos» de María del Monte. Tras '115' -«lo que antes costaba un café»-, se les pidió más y volvieron acelerando 'Dos gardenias' y despidiéndose como triunfadores absolutos. Todo el Palacio pedía más.

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