(crítica) Ay, qué gustito pa'mis orejas...
Raimundo Amador se reencontró con la mejor esencia de su 'Pata Negra' en un concierto en el que coqueteó con el flamenco, el blues y el jazz de Chick Corea
Tuvo que existir algo en Riojafórum que inspirara el mágico encuentro a través del que se vertebró un concierto casi clandestino, ya que de manera asombrosa -se diría que increíble-, el embrujo de Raimundo Amador congregó a un número tan reducido de público que el propio artista brindó en directo por los que no habían venido, que desgraciadamente fueron muchos.
PABLO G. MANCHA./LOGROÑO
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Ay, qué gustito pa'mis orejas...
ATENCIÓN. El público congregado no se perdió una nota del concierto celebrado en Riojafórum. / RICARDO ZAPATERO
Ese algo inspirador quizás haya que buscarlo en la sobria pero espectacular ingeniería del auditorio, o mejor todavía, en el sonido limpio y cristalino de una música que surgió del feliz encuentro de los teclados de Álvaro Gandúl y la guitarras de Amador: 'Gerundina' y dos primas suyas, a pesar de que a Rai le priven las Stratocaster, las Les Paul, las Gibson de caja y últimamente, una Rickembacker de doce cuerdas que le ha regalado el cantante de 'Maita vende cá'.
(leer +) [vía la guía de la rioja]
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