domingo, marzo 13, 2005

(crítica) Ay, qué gustito pa'mis orejas...

Raimundo Amador se reencontró con la mejor esencia de su 'Pata Negra' en un concierto en el que coqueteó con el flamenco, el blues y el jazz de Chick Corea
Tuvo que existir algo en Riojafórum que inspirara el mágico encuentro a través del que se vertebró un concierto casi clandestino, ya que de manera asombrosa -se diría que increíble-, el embrujo de Raimundo Amador congregó a un número tan reducido de público que el propio artista brindó en directo por los que no habían venido, que desgraciadamente fueron muchos.
PABLO G. MANCHA./LOGROÑO

Ay, qué gustito pa'mis orejas...
ATENCIÓN. El público congregado no se perdió una nota del concierto celebrado en Riojafórum. / RICARDO ZAPATERO

Ese algo inspirador quizás haya que buscarlo en la sobria pero espectacular ingeniería del auditorio, o mejor todavía, en el sonido limpio y cristalino de una música que surgió del feliz encuentro de los teclados de Álvaro Gandúl y la guitarras de Amador: 'Gerundina' y dos primas suyas, a pesar de que a Rai le priven las Stratocaster, las Les Paul, las Gibson de caja y últimamente, una Rickembacker de doce cuerdas que le ha regalado el cantante de 'Maita vende cá'.

(leer +) [vía la guía de la rioja]