(crítica) Pura sangre flamenca
Oviedo
Pura sangre flamenca
MARIAN PIDAL/
El Auditorio Príncipe Felipe se llenó el jueves para ver a Rocío Molina, una bailaora y coreógrafa malagueña que a los veinte años puede presumir de tener compañía propia y de haberse desprendido de la incómoda etiqueta de niña prodigio para convertirse en una de las figuras más atrayentes del panorama flamenco actual. Sus actuaciones son un viaje de ida y vuelta; un recorrido por el túnel del tiempo arrastrando el equipaje de la sabiduría y el misterio del baile ancestral.
Respondiendo a la invitación de Tribuna Ciudadana, Rocío Molina se presentó en Oviedo acompañada por el toque de Manuel Caza y Paco Cruz; las voces de Antonio Campos y David Lagos -infalible en el cante de atrás desde hace años-; el cajón flamenco de Sergio Martínez, y las palmas de Laura González. Baile, toque y cante se unieron para abrir boca con unas malagueñas, palo que en la actualidad se baila muy poco, y unos tangos de Málaga con un deje de El Piyayo.
(leer +) [vía el comercio digital]
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< volver al índice