(artículo) Camarón de las distancias cortas

El mito del cantaor ha trascendido más que la propia persona. Algunos de su colaboradores, como su fotógrafo y su productor, ofrecen su testimonio

TEXTO: ANTONIO ROSADO / FOTOS: JOSÉ LAMARCA/Y SUR / MÁLAGA
Camarón de las distancias cortas

UNA cosa es el mito y otra, el ser humano. Si algo fascina de un personaje de leyenda es precisamente la distancia, el hecho de lo inaccesible. Es el espacio en el que se alimenta la leyenda, ya que el contacto puede disolver la densa capa protectora del personaje mitificado. En cambio, como si de una especie de Jesucristo se tratara, José Monge Cruz, Camarón de la Isla, tuvo capacidad para conservar su presencia aún en las distancias cortas. De esta percepción sólo podían dar testimonio algunos de sus más allegados, en el terreno familiar o el profesional, pero nadie cuya admiración hubiera traspasado el terreno de la devoción.

Esta faceta menos conocida del genial cantaor ha centrado unas jornadas en Málaga, en las que no sólo se ha puesto de manifiesto el interés que sigue despertando la leyenda, sino también el ser humano y las muchas amistades que jugaron un papel importante en su vida.

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