(crítica) Coplas en la cumbre
MINGUS B. FORMENTOR - 08/07/2005
Romance de valentía (artística) por duplicado. Por parte de Miguel Poveda, flamenco de amplio espectro, pero hecho a cantar sentado, implica no poco valor hincarle el diente a la grandiosa copla española y hacerlo junto a la más dominadora y desinhibida presencia escénica con que cuenta nuestra música popular, Maribel Quiñones de León.Y en cuanto a Martirio, me limito a transcribir sus palabras: "Hay que tener unos buenos ovarios para cantar en un escenario al lado de una voz como la de Miguel Poveda". Para eso están los artistas de talento, para marcarse envites de riesgo y saltar al ruedo sin pensárselo.
Era ineludible que ese desafío se estrenara en nuestra ciudad. Aquí se gestó un par de años atrás, de madrugada, en primavera. Fue en el balconcillo por el que el Pipa Club se asoma a la plaza Reial. Miguel requebraba por coplas de Marifé a la Martirio, y los escasos suertudos que, desde una educada distancia, asistíamos a tan lindo camelar por lo bajini, intuímos que algo podía nacer de ese torero galanteo.
(leer +) [vía la vanguardia]
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