sábado, agosto 27, 2005

(noticia) Un Don Quijote con sabor toscano

Mucho valor han tenido los responsables de la programación de la 66 edición de la Quincena Musical Donostiarra al incluir en su oferta dos montajes sobre la misma temática. A pesar de celebrarse el IV centenario del Ingenioso Hidalgo, no deja de ser un hito poder disfrutar de estos dos magníficos espectáculos sobre don Quijote. El primero de ellos, de la mano del polifacético Rafael Amargo. Un espectáculo de flamenco (entre otros estilos y acompañado de mucho multimedia) y el segundo, recién venido desde Rusia (donde tuvo lugar la primera puesta en escena de este clásico), de la mano de Yuri Grigorovich, quien, desde que fundara el ballet que lleva su nombre, no ha dejado de pasearse exhibiendo los clásicos de la tradición balletística con el rigor de quien, durante décadas, ha sido el responsable de los teatros Kirov y Bolshoi en Rusia.
PERFECTO URIEL/

Esta realización presentada por Grigorovich nos llega en un año donde las celebraciones se vienen sucediendo desde los primeros días del año. Fiel a la tradición coreográfica más clásica, hemos podido notar intentos un tanto inútiles en incluir variaciones que no aportan nada al meollo del trabajo que Fadeyechev rubricara para el Ballet Bolshoi. Un par de variaciones carentes de interés se sumaban a la colorista paleta de Nikolai Sharonov para quien el puerto de Barcelona tomaba una específica estampa de las costas de la Toscana donde la luz inunda el perfil de la costa de manera precisa pero un tanto diferente a la portuaria de aquella posible Barceloneta.

(leer +) [vía la rioja.com]