(crítica) La primera lección a compás

atención. Susana Alarcón Manzano dirige una clase de baile flamenco en el centro de estudios Kelipé.
PABLO BUJALANCE

UNO de los eventos de la primera edición del ciclo Málaga en Flamenco ha sido también uno de los más desapercibidos. El guitarrista Manolo Sanlúcar ofreció durante una semana del primer tramo del certamen un seminario magistral en el que participó un privilegiado y reducido número de tocaores malagueños, entre los que se encontraban Antonio Soto y Chaparro de Málaga. El acontecimiento no pasaría de una mera actividad didáctica de no ser por su carácter inédito en una ciudad como Málaga. Aprender flamenco en sus dominios resulta difícil no sólo para los neófitos, también para los profesionales que han decidido quedarse pero que necesitan estímulos pedagógicos para evolucionar en su profesión. Para unos y otros la oferta es escasa, pero en los últimos años la aparición de nuevos espacios parece anunciar un cambio de rumbo.

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