(noticia) La calle con más bares de España
EDICIÓN IMPRESA - Madrid
Dentro de la oferta de ocio nocturno que ofrece la capital, la calle de Echegaray es una de las calles donde la proporción de bares por metro cuadrado es una de las mayores en toda España, ante el enfado de muchos vecinos
TEXTO: JOSÉ M. CAMARERO FOTOS: JULIÁN DE DOMINGO
MADRID. Ya lo vaticinaba la popular canción sabinera: «Sólo en Antón Martín hay más bares que en todo Noruega». Porque la «movida» de Madrid continúa siendo efervescente, dinámica y repleta de sorpresas. Una de ellas -muy cerca, precisamente, de Antón Martín- es la vía urbana con más bares por metro cuadrado de España, y posiblemente de Europa, la calle de Echegaray: 325 metros de longitud en los que 35 establecimientos intentan hacerse hueco entre los portales. Un reducto al que diariamente se acercan turistas anglosajones bajo la llamada del alcohol, estudiantes Erasmus de todo el continente para poner la guinda a sus fiestas caseras y, eso sí, muchos madrileños con ganas de disfrutar de la buena música. (...)
Flamenco internacionalizado
¿Y qué tipo de música se escucha en la calle con más bares de Madrid por metro cuadrado? Lo que ahora se denomina «fusión»: de flamenco y notas internacionales. En el primer caso, «ha sido la música típica y tópica de esta zona», recuerda Miguel Ángel Santillana, propietario de otro bar en Echegaray. Típico, porque el tapeo de chatos ha estado presente durante muchos años en esta vía madrileña, antes denominada calle del Lobo, recorrida en los años de la posguerra por los pícaros más avispados que se podían encontrar por Madrid.
Ahora, otro tipo de pícaros llegan a bares como «Cardamomo», pionero en todo este tipo de locales; «Los Gabrieles», históricamente el más flamenco de la zona, un lugar donde Fosforito, Antonio Molina o El Habichuelo lo frecuentaban; o «El Burladero», otro referente flamenco de la zona.
¿Pero qué dicen de todo esto los vecinos de la zona? Pues, evidentemente, que están hartos «de tener que aguantar noche tras noche ruidos por todos los lados y sin poder hacer nada», explica María Teresa Pizarro. En realidad, en una calle tan angosta es difícil escapar del ruido. Dos realidades bien diferentes de la nueva movida madrileña.
(leer +) [vía abc]
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