(crítica) El misticismo de «Elefantes»

«Elefantes», en el concierto que tuvo lugar el viernes en la sala Parque del Piles.
La banda barcelonesa triunfó el viernes en Gijóncon su último disco, «Somos nubes en el aire»

Gijón, Víctor GUILLOT

El amor es eterno, mientras dura. De lo efímero del amor y otros aspectos de la condición humana cantaron «Elefantes» la noche del viernes en Gijón tras su paso por Sevilla en la gira de presentación de su nuevo disco. El escenario de la Sala Parque del Piles se quedó pequeño para la banda barcelonesa cuando estos ángeles de Sidharta enseñaron su último trabajo, «Somos nubes blancas», doce canciones compuestas por Shuarma, el líder de la banda, que resumen, a través de esta metáfora, lo efímera que es la vida y el amor.

El cuarto disco de «Elefantes» sigue la estela de los anteriores, «Azul» o «La forma de mover tus manos y otros paisajes», un sonido que cabalga a lomos del rock de los setenta, cimbreado en ocasiones por sonidos mucho más pop y sin prejuicios de ningún tipo cuando se trata de alternar con la rumba más gitana. Alguien ya clasificó todo esto con la etiqueta de rock mediterráneo.

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