(artículo) Gades y la danza
Manuel Esteban Mejía
fotografía: el mundo.es
Me pregunto si hay una danza que mejor traduzca el alma de una nación que el flamenco. Y me pregunto porque no lo sé con exactitud, pese a haber visto algunas danzas populares y rituales asiáticas, europeas e hispanoamericanas.
Hay algo más que, sin dudas, es conmovedor en el flamenco y que no es otra cosa que un sentido de tragicidad, de profundidad vital, de inconfundible ebriedad de cuerpo y espíritu que convoca, desafía y a la vez niega la vida en la muerte.
Posiblemente algunas otras danzas populares poseen estas características o algunas de ellas, pero el flamenco y otras danzas españolas son, culturalmente hablando, más próximas a nosotros.
Esto tuve presente al conocer que había muerto Antonio Gades.
Lo vi bailar un par de veces, como no pude ver personalmente a Carmen Amaya o La Polaca, por ejemplo, de quienes una película, si no me equivoco Los Tarantos, me dio una noticia conmovedora.
Valéry decía que el alma se expresa en la danza, pero él se refería al ballet y a sus grandes ejecutantes de principios del siglo XX. ¿Solo ellos eran y son capaces de una expresión semejante? Creo que no. Gades lo conseguía en lo suyo, aunque la danza de connotación popular es, por naturaleza, grupal, espacio de bailarines y no de solistas.
(leer +) [vía El Universo. Guayaquil. Ecuador]
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